Aviones caídos en el Pallars durante la II Guerra Mundial
Durante la II Guerra Mundial, dos aviones bimotor alemanes cayeron en las montañas Pallaresas. Uno de ellos voló una distancia de 200 kilómetros sin tripulantes antes de estrellarse en la montaña de Espot.
Los hechos ocurrieron el 24 de agosto de 1943. Los instrumentos de un avión fallan y la tripulación no consigue orientarse en la oscuridad de la noche. El aparato sobrevuela Bayona, en el aeródromo parisino de Villaroche. Antes de que el combustible de agote, los cuatro hombres de la tripulación saltan en paracaídas y el avión se estrella en una cresta de cerca de 2.700 metros de altura encima del Estany Negre, en el municipio leridano de Espot. Sobrevoló sin piloto, antes de ir a caer en las montañas pallaresas.
Se trataba de un vuelo de instrucción de largo alcance, en el que uno de los cuatro tripulantes del bombardero -el sargento Alfred Gindler, murió durante el salto al no abrírse el paracaídas. Sus restos descansan hoy en el cementerio militar de Berneuil, en la Charente Maritime. El resto de sus compañero se salvaron.
Un segundo bombardero que también cayó en las montañas del Pallars Sobirà, un Junkers Ju-88, que en la madrugada del 25 de marzo de 1944 se incendió en pleno vuelo y se estrelló en la montaña de Enviny, a 2.100 metros de altura.
Restos de los aviones se conservan en el museo de Sort, la antigua prisión, y otros no declarados se encuentran según la rumorología en manos de prticulares que los hallaron. Parte de ésta información ha sido obtenida de éste artículo.